Industria salmonera: revalorización de residuos inorgánicos
La industria salmonera chilena está marcando un precedente en sostenibilidad y economía circular al adoptar un modelo en el que el 100% del pescado es aprovechado. Este enfoque no solo maximiza el valor de los recursos, sino que también redefine el estándar de producción responsable en el sector.
En este artículo, exploraremos cómo las empresas salmoneras en Chile han implementado estrategias innovadoras para la revalorización de residuos, transformándolos en productos de alto valor mientras reducen significativamente su impacto ambiental.
Este compromiso con la economía circular refuerza la posición de la salmonicultura como un actor clave en la transición hacia un futuro más sostenible.
La economía circular en la salmonicultura
La salmonicultura está implementando procesos avanzados que optimizan el uso de recursos, promoviendo un enfoque de economía circular. En este modelo, los residuos generados durante las distintas etapas del cultivo de salmón y procesamiento del salmón chileno no se descartan, sino que se transforman en productos valiosos.
Entre estos se pueden encontrar harina, aceite de pescado, fertilizantes, biodiésel y bioestimulantes agrícolas.
Un caso destacado es la reutilización de subproductos inorgánicos como las vísceras y la mortalidad. Estos residuos se procesan en plantas especializadas donde, mediante tecnologías avanzadas como el ensilaje con ácido fórmico, se recuperan proteínas de alta calidad.
Estos compuestos no solo se destinan a la nutrición animal, sino que también contribuyen al desarrollo de cultivos agrícolas sostenibles.
El paso a paso en el caso de la mortalidad es el siguiente:
- La mortalidad es retirada en forma de ensilaje, un proceso en donde es triturada y mezclada rápidamente con ácido fórmico
- Esto pasa a plantas procesadoras, en donde se usa tecnología patentada para rescatar proteínas marinas de la mejor calidad
- Así se generan bio-estimulantes para cultivos que evitan el uso de químicos, disminuyendo el efecto invernadero
- Esto contribuye a la generación de alimentos de alto valor en otras industrias
Para las vísceras y otros excedentes, el tema sigue así:
- El 68% del salmón se destina a consumo humano
- El 32% restante son vísceras y excedentes
- Estos pasan a plantas procesadoras
- Ahí se valorizan y se convierten en aceite y harina de pescado
- Entregando alto valor nutricional como alimento de mascotas
Se debe mencionar que el 100% de las empresas socias de SalmonChile valoriza sus residuos inorgánicos, como boyas o redes.
Beneficios ambientales y sociales
Este enfoque sostenible no solo reduce la cantidad de residuos inorgánicos enviados a vertederos, sino que también genera efectos positivos para el medioambiente.
Por ejemplo, los bioestimulantes producidos a partir de residuos inorgánicos de la industria del salmón ayudan a disminuir el uso de químicos agrícolas, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las empresas salmoneras en Chile buscan ser un aporte a las comunidades locales. Estas iniciativas no solo promueven el empleo y el desarrollo económico, sino que integran prácticas responsables que benefician tanto a la industria de producción del salmón como a las comunidades.
Resultados y compromisos
Los resultados obtenidos hasta la fecha son significativos. En 2020 se dieron los primeros pasos con 72 toneladas, subiendo a 129 en 2021, y dando un gran salto en 2022 con 11.630.
En 2023, la industria valorizó 33.000 toneladas de residuos inorgánicos, e incluso aumentó la reutilización de materiales orgánicos.
Esto ha sido posible gracias a la adopción de hojas de ruta de economía circular y acuerdos de producción limpia, que estandarizan las prácticas responsables dentro del sector exportador de salmón.
Cabe resaltar que esto también se enmarca en las exigencias de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP).
La industria salmonera chilena está liderando con un enfoque que combina crecimiento económico, innovación y responsabilidad ambiental. A través de la revalorización de residuos orgánicos, no solo optimiza procesos, sino que también refuerza su contribución al desarrollo sostenible del país.
Aunque aún existen brechas y oportunidades por tomar, el sector está trabajando arduamente para abordarlas, construyendo así la salmonicultura que necesitamos y queremos para Chile y el mundo.
Este compromiso consolida al salmón chileno como un producto de excelencia global, producido bajo estrictos estándares de calidad y sostenibilidad, marcando un camino hacia una economía más circular y consciente.
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