¿Cómo se usan los residuos orgánicos en la salmonicultura chilena?
En la salmonicultura chilena, nada se pierde. A través de procesos controlados y trazables, los residuos orgánicos —incluyendo mortalidad y vísceras— se convierten en productos de alto valor como harinas, aceites, fertilizantes y biocombustibles, fortaleciendo un modelo productivo más sostenible.
La salmonicultura chilena ha avanzado significativamente en el desarrollo de una economía circular que permite transformar recursos orgánicos en nuevos insumos para distintas industrias. Este enfoque busca evitar que se conviertan en desechos y promover su valorización en etapas posteriores.
El esquema, descrito en el X Informe de Sustentabilidad de SalmonChile, muestra un modelo donde la mortalidad en centros de cultivo y las vísceras provenientes del procesamiento industrial son gestionadas bajo estrictos protocolos que aseguran su recolección, clasificación y posterior uso en plantas autorizadas.
Gracias a esta infraestructura y a la trazabilidad de cada proceso, el sector ha consolidado un sistema donde los residuos orgánicos se convierten en alimentos, energía y nutrientes para otras actividades productivas.
¿Qué productos se pueden desarrollar a partir de materiales orgánicos del salmón chileno?
Una de las principales vías de valorización es la producción de harina y aceite de pescado, insumos de gran demanda en sectores como la nutrición animal, la agricultura y la acuicultura.
Estos productos se generan en plantas industriales donde la materia orgánica es sometida a procesos de cocción en el que se transforman en insumos útiles mediante cocción, prensado y separación. Esto permite generar no solo harina de pescado y aceites, los cuales son utilizados para la alimentación animal y acuícola, sino también para fertilizantes y biocombustibles para ser aplicados dentro de la agricultura como para transportes y otras aplicaciones enérgicas.
Ciclo integral de las vísceras: del centro de cultivo al consumidor
La valorización de las vísceras también es uno de los procesos más relevantes dentro de la economía circular de la salmonicultura chilena, ya que permite transformar un subproducto natural del procesamiento del salmón en materias primas esenciales para diversas industrias.
El proceso comienza en el centro de cultivo, donde los salmones se desarrollan hasta su cosecha. Una vez trasladados a plantas de proceso, se realizan actividades de elaboración de filetes y productos frescos para consumo humano, instancia en la que las vísceras se generan como subproducto. Estas vísceras no se desechan: son recolectadas y almacenadas bajo condiciones sanitarias certificadas, garantizando su inocuidad y calidad para etapas posteriores.
El siguiente paso es su envío a instalaciones industriales especializadas. En estas plantas, mediante procesos de cocción, prensado y separación, las vísceras son transformadas en harina y aceite de pescado, insumos de alto valor que abastecen mercados como la nutrición animal, la acuicultura, la agricultura e incluso la industria de suplementos alimenticios.
Finalmente, estos productos vuelven al sistema productivo en forma de alimentos para animales, suplementos nutricionales o insumos energéticos, cerrando un ciclo que evita desperdicios, reduce impactos ambientales y genera oportunidades económicas para múltiples sectores.
La valorización de las vísceras no solo optimiza el uso de recursos naturales, sino que también fortalece la sostenibilidad de la salmonicultura chilena al asegurar que cada etapa del proceso productivo aporte valor social, económico y ambiental.
La captura de mortalidad, su traslado en embarcaciones certificadas y el procesamiento en instalaciones especializadas permiten avanzar hacia un sistema más eficiente, donde los residuos se convierten en una oportunidad para fortalecer la sostenibilidad de toda la cadena acuícola.
La frase “nada se pierde” adquiere sentido práctico en este modelo: cada etapa del ciclo productivo aporta a construir una acuicultura más responsable, eficiente y alineada con los desafíos ambientales de Chile y del mundo.
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