Salmonicultura

La salmonicultura comenzó cuando no había internet, la telefonía móvil era una rareza y pasar noches en vela sobre una balsa para cuidar los salmones era usual. Ni hablar de la conectividad en Puerto Aguirre, Quellón, Melinka, Hornopirén y Puerto Chacabuco, por nombrar solo algunas ciudades con las que nos vinculamos hasta hoy.

Al igual que en sus inicios, el sector se sustenta en la innovación, uso permanente de tecnologías, ciencia aplicada, fortalecimiento del capital humano y un constante trabajo público-privado.

Uno de los principales desafíos de la industria es trabajar bajo los mejores estándares medioambientales, económicos y sociales, conscientes de su rol en los territorios donde es parte. Por esto, la producción de Salmón Atlántico (Salar), Salmón del Pacífico (Coho) y Trucha Arcoiris, se desarrolla con un enfoque sustentable y bajo exigentes estándares nacionales e internacionales de calidad, seguridad, salud ocupacional, inocuidad alimentaria y protección del medioambiente.

La industria es el segundo sector exportador más grande del país y el segundo productor de salmones del mundo, abasteciendo a más de 100 mercados en el mundo. Junto a ella, se desarrollan más de 4.000 pymes y generamos más de 70.000 empleos directos e indirectos en las regiones de La Araucanía, Los Lagos, Aysén y Magallanes.

CICLO DEL SALMÓN

El ciclo de producción del salmón se realiza bajo los más estrictos estándares de calidad, certificado por distintas instituciones que avalan el funcionamiento del sector acuícola en el sur del país.

 

 

En los inicios de la actividad, el desafío fue complejo, pues además de ganarle al clima y a la adversidad propia de todo emprendimiento, debíamos cultivar salmones en zonas extremas y aisladas. En este proceso, ha sido vital la experiencia de miles de hombres y mujeres de mar, que han permitido llevar este producto desde la patagonia chilena hasta Estados Unidos, Asia y Europa. Es así como el país vió nacer la salmonicultura.

El salmón posee características únicas en su cultivo. Es un proceso con diferentes etapas, asociadas al tamaño de los peces, sus requerimientos ambientales y alimenticios y su procesamiento. Todas estas se llevan a cabo bajo estrictos estándares de calidad y sustentabilidad, certificados por distintas instituciones.

(Foto: Ventisqueros)