“La industria salmonera chilena tiene una oportunidad única para convertirse en una de las más sustentables”

El veterinario lleva más de 20 años en el sector acuícola, lo cual lo llevó a ser parte de la ONG Monterey Bay Aquarium. Desde ahí ha estado trabajando en los últimos 2 años para mejorar la sustentabilidad de la industria a nivel mundial, conjugando el aporte económico de la actividad con el cuidado social y medioambiental.

Desde la universidad, a Rolando Ibarra le ha interesado la acuicultura. Es así como, a través de sus estudios de veterinario en la Universidad Católica de Temuco, decidió diferenciarse de sus compañeros enfocándose en ella.

En sus más de 20 años de experiencia, siempre ha estado ligado a esta industria, preocupado de la sustentabilidad, el uso de antibióticos y el trabajo de vinculación con los territorios y sus comunidades.

Hoy, desde la ONG Monterey Bay Aquarium, está generando trabajos a nivel mundial para que la acuicultura sea parte de la solución para el futuro en términos de alimentación. Específicamente en Chile, ha trabajado codo a codo con SalmonChile, Intesal y diferentes gremios, con el fin de implementar mejores prácticas en las empresas asociadas.

¿Cómo llegaste a la industria salmonicultora?

Desde que estudiaba medicina veterinaria, la industria siempre estuvo presente. Yo soy una de las primeras generaciones de veterinarios de la UC de Temuco y la salmonicultura siempre fue un muy buen nicho.

Asimismo, antes de titularme, ya trabajaba en las épocas estivales en las plantas de proceso como operario.

En este sentido, decidí que una manera de diferenciarme de los demás era dedicándome a un área nueva e interesante, donde no había mucha participación. En veterinaria, lo único en que me he desarrollado es en la acuicultura.

¿Cómo describirías tus labores en la empresa?

Yo intento acercar la conservación a través de la educación e inspirar para la preservación de los océanos, pero reconociendo que esta materia debe coexistir con  actividades económicas que son importantes para los países.

En ese sentido, genero un gancho a través de la conservación, las oportunidades de crecimiento que tienen los países, pero de manera sustentable y responsable.

Mi principal labor ha sido hacer ese nexo entre los dos mundos, pero también me desempeño en hacer mejoras en sustentabilidad, específicamente en los usos de químicos y antimicrobianos.

Hoy día, específicamente en lo que estoy trabajando es en entender los impactos que los químicos pueden generar, los cuales son poco entendidos y abordados. Hay que comenzar a reducirlos y hacer planes en conjunto con las empresas, sociedad civil, el Estado y la academia. Buscamos que la industria acuícola y los productos del mar sean cada vez más sustentables.

¿Qué oportunidades tienes a tu alcance para desarrollar una industria salmonicultora cada vez más sustentable?

Hoy, yo veo varias industrias y la del salmón tiene varias ventajas, porque es más consolidada, tiene fuertes inversiones y es más tecnificada; es por esto que requiere menos esfuerzos que otras industrias, lo que es una ventaja competitiva. Chile ha demostrado que a través de este acuerdo es posible hacer los cambios necesarios para llevar a la industria hacia la sustentabilidad. Esto tiene que ir de la mano con las políticas de los países.

A mi parecer, la salmonicultura está en un muy buen pie y salió fortalecida de la pandemia, porque los mercados tienen muchas opciones de compra de SeaFood, por lo que el consumidor está aprendiendo de ello y ha aprendido a prepararlo en casa. La perspectiva para la acuicultura es muy buena.

Actualmente, existe una buena comunicación sobre las ventajas y debilidades de la acuicultura, para empujar esto hacia la sustentabilidad y ser una gran solución al problema de alimentación del futuro.

Hemos aprendido y estamos llevando a la salmonicultura hacia la sustentabilidad a paso firme. La industria del salmón tiene una oportunidad única desde Chile para convertirse en  una de las más sustentables y ese es el mayor desafío que tenemos hoy por hoy.

¿La industria salmonicultora brinda a los profesionales proyecciones de crecimiento a mediano y largo plazo?

La industria sí brinda estas oportunidades. Chile tiene una fuerte formación que se remonta a los inicios de esta industria en los años 80, a partir de ahí quienes trabajaron en este nuevo polo productivo lo hicieron a pura fuerza y ellos han traspasado la experiencia.

Para los profesionales, el crecimiento al interior de la industria es muy bueno, la acuicultura ha sido el mejor nicho que he encontrado para desarrollar mis capacidades.

Además, esta industria puede entregar oportunidades de crecimiento en lugares donde estas son escasas, siempre y cuando se realice de manera responsable.

Hay mucho que avanzar indudablemente, pero la industria va mejorando para entregar más y mejores oportunidades a todos.

¿Hay algún desafío que detectes en la industria y sea abordable desde tu área?

Existen varios desafíos. Yo llevo 20 años trabajando en la acuicultura y desde afuera uno ve diferentes temas que se pueden abarcar. La industria debe ser menos reactiva y tiene que estar más preparada ante eventos que pueden tener grandes impactos ecológicos y el trabajo con las comunidades.

Según mi opinión, la participación de la sociedad civil todavía es baja y creo que es necesario aumentarla, y también es importante generar mayores inversiones para bajar el uso de químicos en acuicultura, aunque hemos visto cómo esto ha sido abordado, pero aún es necesario seguir hacia adelante.

¿Consideras que hay alguna oportunidad que deba tomar la industria o proveedores para mejorar sus operaciones?

Es tiempo de hacer una evaluación real de los temas de barrios, lo que demostró que es un buen sistema para contener virus, como fue el ISA, pero en mi opinión la salmonicultura no debe ser desarrollada en todas partes, indudablemente hay que proteger ciertos ecosistemas que son únicos. Es por esto que es importante buscar espacios donde el costo ambiental sea el menor. Estamos a tiempo de buscar estos nuevos espacios y ser cooperadores en la conservación.

Desde el punto de vista social, es importante que la industria se siga integrando a las comunidades para seguir mejorando la calidad de vida de las personas.

Contenido relacionado