“Los actores relevantes ven a un gremio presente en los territorios”
Entrevista a Tomas Monge, director territorial de SalmonChile, en Aqua.cl
En octubre de 2021, José Tomás Monge cumple nueve años trabajando en la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile). En este espacio de tiempo, el actual director territorial del gremio ha dejado una huella importante, pues ha sido una de las personas que ha logrado establecer un diálogo cercano y transparente entre la industria y actores sociales relevantes, como la pesca artesanal y los pueblos originarios.
Y es que José Tomás Monge –abogado de profesión– ha sido un ejecutivo en terreno, que se ha dedicado a conocer a fondo a las comunidades con las cuales convive el sector y que, por sobre todo, se ha dedicado a conversar y escuchar con atención las demandas e inquietudes de los principales públicos de interés.
Consultado respecto de cómo ha sido la experiencia de desempeñarse en la industria del salmón, comenta que ‘me considero muy afortunado, ya que el carácter político-territorial de este trabajo me ha permitido conocer diversas realidades, conociendo gente muy valiosa y jugada por sus regiones o actividades productivas’. Además, ‘he tenido la suerte de trabajar en varias agendas relevantes de la industria, considerando temas políticos, laborales, regulatorios, ambientales y sociales, lo que ha significado una experiencia dinámica y desafiante en muchos aspectos’. ¿Cómo ve Tomás Monge la situación de la industria en términos de relacionamiento comunitario?
¿Cuáles son los desafíos pendientes? Sobre estos y otros puntos el representante de SalmonChile dialogó con AQUA.
Los últimos años usted se ha desempeñado como director territorial de SalmonChile. Desde que comenzó en esta temática y hasta ahora, ¿considera que ha habido una evolución en la relación del gremio con sus principales interlocutores? En líneas generales, el balance es positivo. Pese a que ha sido un proceso largo y desafiante, con varios momentos complejos, de mucho trabajo en terreno para conocer mejor el entorno y las realidades locales de los territorios donde opera la industria, veo con satisfacción que hemos avanzado en materias de vinculación y trabajo con grupos de interés relevantes, con agendas y resultados concretos en temas de sustentabilidad, ambientales, laborales y sociales entre otros.
Percibo que los actores relevantes ven a un gremio presente en los territorios, mucho más dialogante, accesible y con capacidad de autocrítica; un gremio que no habla solo de regulación y exportaciones, sino que aborda temas regionales, ambientales y sociales con apertura y transparencia. Pero, pese a estos avances, creo que queda mucho camino por recorrer en diversos aspectos, y eso requiere un trabajo transversal y consistente a nivel de industria. En muchos casos, las confianzas son frágiles, debido a muchos años de baja vinculación en los territorios. Lo positivo es que a nivel de empresas se han ido fortaleciendo las áreas de asuntos corporativos, de sustentabilidad, territoriales, comunicacionales y de medio ambiente, lo que, sin duda, es una gran noticia para avanzar en materias y formas de vinculación con diversos grupos de interés.
La relación entre la salmonicultura y la pesca artesanal nunca ha sido fácil. Sin embargo, los últimos años ha habido un gran acercamiento entre ambas partes que muchos atribuyen a su capacidad de diálogo. ¿Cuáles han sido las claves para avanzar en el entendimiento con esta tradicional actividad? Para mí, la clave ha sido escuchar y preguntar mucho para entender realidades locales y regionales que son diversas y complejas. Por otra parte, creo que ha sido importante mostrar cercanía y transparencia ante las dudas, cuestionamientos o incidentes para acercar posiciones y resolverlos.
La gente de mar valora mucho el respeto, hablar con la verdad, cumplir con los compromisos y tratar de empatizar. Al convivir en el borde costero, nos hemos dado cuenta de que tenemos muchos desafíos, temas en común y grandes oportunidades. Lo cierto es que estos años han sido de mucho aprendizaje, donde hemos ido concretando con la pesca una agenda enfocada principalmente en diversificación productiva, a través de la creación de servicios de la pesca artesanal para la limpiezas de playas, el impulso de pilotos de acuicultura multitrófica, capacitaciones en aspectos técnicos y el desarrollo de áreas de manejo, entre otros temas. Pero, sin duda hay muchos desafíos a nivel de industria para una mejor convivencia en el borde costero, especialmente, en temas operacionales y respecto de una mejor comunicación entre las partes, sobre todo, a nivel de agrupaciones de base.
En cuanto a los pueblos originarios, la industria también se ha esforzado por lograr un mayor diálogo y acercamiento. ¿Cómo ha funcionado esta relación? El vínculo con los pueblos originarios es un gran desafío a nivel territorial. Es un mundo muy diverso y bastante desconocido para parte importante de la industria. Por otra parte, el avance de la Ley Lafkenche implica un nuevo reto en materia de ordenamiento territorial y convivencia en el borde costero. Para los pueblos originarios, aspectos como el desempeño ambiental y operacional, protección de la biodiversidad y el respeto a su cultura y desarrollo son fundamentales. En esos puntos nos estamos centrando para ir generando agendas de corto y largo plazo que sean consistentes en el tiempo y que nos permitan ir abordando las brechas existentes. Veo que, pese a que tenemos ejemplos exitosos de procesos de vinculación y relación permanente con algunas comunidades y agrupaciones indígenas, aún falta mucho por avanzar y conocer. Los casos de éxito se han basado en vínculos de largo plazo, de mucho respeto, participación activa en sus actividades, transparencia y con altas gerencias bien involucradas.
Estamos convencidos de que esa debería ser una base importante para poder ir avanzando en generar confianza con este grupo de interés.
¿Cómo se ha dado la relación con los pueblos originarios de la región de La Araucanía, donde la industria mantiene una fuerte operación en relación a pisciculturas? La Araucanía es una zona importante para la industria, especialmente en agua dulce, donde se convive a diario con comunidades mapuches. En líneas generales, los temas que hemos conversado y que estamos trabajando con ellos tienen que ver con la preocupación por la protección del medio ambiente, enfocado en el uso de las aguas y su tratamiento, además de aspectos operacionales.
A nivel industria, hay muy buenos ejemplos de vinculación profunda con las comunidades y trabajo permanente entre empresas y vecinos con agendas potentes en materia de participación, de empleo local, creación de pequeñas empresas prestadoras de servicio, mesas de trabajo y dialogo, apoyo en temas sociales, emprendimiento, entre otros. De todas maneras, hay mucho por avanzar en estas materias.
En la Araucanía se ha estado intensificando el último tiempo la tensión entre algunas comunidades mapuche y el Estado. ¿Cómo observa este asunto? Respecto de las tensiones entre el Estado y los pueblos originarios, se debe avanzar en primer lugar en materias de cumplimientos de acuerdos y brindar condiciones para asegurar un desarrollo integral de los territorios en materias de educación, conectividad y acceso a servicios, poniendo énfasis importante en disminuir la desigualdad existente entre los habitantes que viven en la ruralidad y territorios aislados. En cuanto a temas políticos, reivindicaciones y conflictos de esa índole, esperamos que el Estado, Congreso y la institucionalidad en general actúen con velocidad, sentido de urgencia y responsabilidad para dar tranquilidad y certezas a las propias comunidades y habitantes de la macrozona sur.
CRÍTICA CONSTRUCTIVA La industria ha logrado establecer lazos con la pesca artesanal y con pueblos originarios. Sin embargo, ¿existe aún la necesidad de establecer vínculos con otros actores sociales y políticos que observan y en ocasiones emiten críticas hacia el sector, como ONGs y otros grupos sociales y/o ambientalistas? ¿Cuáles son los desafíos en este ámbito? Respetamos mucho el trabajo de ONGs serias que trabajan en base a la ciencia, estudios técnicos y que cuestionan con base a las diversas actividades productivas. En muchos casos, pese a tener grandes diferencias, estas organizaciones han sido importantes para relevar nuestras brechas. Algunas de ellas incluso han estado disponibles para articular soluciones de trabajo en conjunto, manteniendo instancias de conversación y colaboración interesantes.
Esto es bueno, puesto que muchas veces el camino debe ser compartido para lograr una salmonicultura más sustentable. En la medida que sea un trabajo serio, técnico, por muy duros o críticos que sean de la industria, tenemos que verlos como un gran desafío para mejorar nuestros estándares. Lo que criticamos son los ataques infundados de ONGs o grupos ambientalistas que omiten información e intentan confundir a la opinión pública, denostando y criticando sin base científica a cualquier actividad productiva. Son grupos articulados, con gran poder comunicacional que hacen mucho daño. No es fácil generar agendas con grupos que su único foco es eliminar a las industrias y viven para eso. En ese sentido, estamos seguros de que la mayoría de los habitantes de la macrozona sur no quiere que se terminen las industrias porque reconocen el rol social, económico y estratégico que estas cumplen para la descentralización de nuestro país. Sabemos también que ellos exigen que se haga de manera armónica con el medio ambiente, con las comunidades y que se vea el desarrollo en los territorios.
Finalmente, ¿cómo ha estado los últimos años la relación entre la industria con los trabajadores del sector? ¿Ha habido una mejora sustancial en este ámbito? En la salmonicultura hay un trabajo importante a nivel sindical. Ha sido un trabajo de años, donde hemos ido generando confianzas y donde vemos buenos liderazgos, muy preparados y con una visión muy clara de la industria que quieren en materias laborales, sociales y de sostenibilidad. En este proceso, que muchas veces no ha sido fácil, hemos visto cómo se han ido concretando agendas potentes en materias laborales y sociales y eso no habría sido posible sin una buena disposición de los trabajadores y las empresas. Como gremio, hace años que entendimos lo importante que es trabajar de la mano con los trabajadores de la industria que, sin duda, son un eslabón fundamental para el desarrollo de toda la cadena de valor y son parte activa de la comunidad.
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